El nuevo repunte de la violencia acaba con las esperanzas de lograr un alto el fuego duradero, en el que media desde hace meses El Cairo, con apoyo de la ONU.
Una operación de las fuerzas especiales israelíes en la Franja de Gaza, en Jan Yunis, ha dejado ocho muertos: siete milicianos palestinos y un oficial israelí. Según el movimiento islamista Hamás, que controla la franja, la operación tenía por objetivo matar a uno de sus dirigentes.
Tras el incidente, la noche del domingo, durante la madrugada milicianos palestinos lanzaron 17 cohetes hacia territorio israelí, sin causar víctimas.
Israel ha aumentado las medidas de seguridad y el Ejército ha reforzado sus tropas. Las escuelas de las comunidades israelíes colindantes con Gaza permanecen cerradas y no circula el tren entre Ashkelón y Shderot. Además, tras lo ocurrido, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, decidió interrumpir su visita a París, donde había asistido a la conmemoración del centenario del armisticio de la Primera Guerra Mundial, y regresar de inmediato a casa.
Este nuevo repunte de la violencia acaba con las esperanzas de lograr un acuerdo de alto el fuego duradero entre Israel y las milicias palestinas, en el que media desde hace meses El Cairo, con apoyo de la ONU.