Momentos de tensión en Metapa, cerca de la frontera con Guatemala, donde la policía federal mexicana ha parado una marcha de unos 600 migrantes salvadoreños para llevarlos a un centro de acogida.
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La desconfianza marca la llegada de la sexta caravana de migrantes a México. Policías federales detuvieron una marcha de unas seiscientas personas, la mayoría salvadoreños, a su llegada a Metapa, cerca de la frontera con Guatemala. Tras vivir algunos momentos de tensión, buena parte de los integrantes de la caravana fueron trasladados en autobús al centro de acogida Siglo 21, donde pueden presentar, si lo desean, una solicitud de asilo en México.
Durante la operación policial, una mujer embarazada perdió el conocimiento y fue trasladada a un centro médico para que recibiera asistencia.
A pesar de estas y otras vicisitudes, la llamada del sueño americano sigue subiendo en forma de oleadas humanas hacia Estados Unidos. En Tijuana, donde muchos migrantes han sido recibidos con hostilidad, las autoridades sanitarias han mostrado su preocupación por las precarias condiciones de salud en la que se encuentran los recién llegados.
En estos momentos están alojados en un complejo deportivo y prácticamente la mitad de los migrantes son niños. Algunos nacieron por el camino, en la carretera, y sufren problemas respiratorios. Se espera que en las próximas semanas lleguen un total de 10.000 migrantes y hay quien alerta ya de que se está fraguando una crisis humanitaria.