Moscú insiste en que no está violando el tratado para la eliminación de armas nucleares de medio y corto alcance y rechaza el ultimátum de Mike Pompeo.
PUBLICIDADLos ecos de la Guerra Fría vuelven a sonar con fuerza. Rusia insiste en que no está violando el tratado para la eliminación de armas nucleares de medio y corto alcance (INF) y acusa a Estados Unidos de buscar un pretexto para abandonarlo.
El presidente Vladímir Putin ha rechazado el ultimátum, de 60 días, lanzado por el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, en el que insta a Moscú a cumplir con los términos del pacto.
"El desarrollo de estos misiles ya fue aprobado en el presupuesto del Pentágono, pero anunciaron su posible retirada del tratado después. Su siguiente paso fue ver a quién podrían culpar. Y lo más fácil y habitual para los occidentales es decir: 'Es culpa de Rusia'. Eso no es cierto. Nosotros estamos en contra de la ruptura de este tratado, pero si ocurre, reaccionaremos en consecuencia", ha declarado el presidente ruso, Vladímir Putin.
El escenario es preocupante para Europa, atrapada entre las dos superpotencias. La Unión Europea (UE) sigue esperando que triunfe la diplomacia. No quiere que vuelvan conflictos del pasado.
"Nosotros, los europeos no subestimamos los desafíos y las amenazas a la seguridad que podrían implicar a nuestro continente otra vez. Europa fue el campo de batalla durante mucho tiempo, fue el campo de batalla de la Guerra Fría mucho tiempo y por eso valoramos y apreciamos el diseño de seguridad que durante tantos años ha garantizado la paz y la seguridad en suelo europeo. Sin duda, no queremos que esto se destruya, no queremos dar marcha atrás", ha señalado la Alta Representante de la UE para la Política Exterior y de Seguridad, Federica Mogherini.
El tratado para la eliminación de armas nucleares de medio y corto alcance (INF) se firmó en 1987, en el clímax de la Guerra Fría. Tanto Estados Unidos como Rusia tuvieron que deshacerse de su arsenal.