Los locales aseguran que la empresa responsable del oleoducto perforado, filial de Petrobras, tardó demasiado en reaccionar
La bahía de Guanabara, en la que se sitúa Río de Janeiro, ha sufrido un vertido de petróleo después de que un grupo de ladrones rompiera un oleoducto para robar crudo.
Cuatro kilómetros de vertido, 60.000 litros de crudo que ya han afectado gravemente a la flora y fauna de la zona a pesar de que los técnicos de la empresa Transpetro, subsidiaria de Petrobras, han limpiado ya más del 75% del vertido.
No obstante algunos habitantes locales aseguran que la empresa tardó mucho en reconocer la fuga y actuar, perdiendo así unas horas cruciales.
La bahía ha sufrido tres vertidos de gran envergadura en el pasado, el último en 2000, cuando se liberaron 1,3 millones de litros de una refinería de Petrobras