Los taxistas madrileños han entregado al Gobierno regional su propuesta para regular los VTC. Los profesionales del taxi quieren poner "tiempo y distancia" entre ambos servicios: exige que los VTC se contraten con al menos una hora de antelación y hagan carreras de al menos 5 kilómetros.
Todos los caminos del descontento de los taxistas madrileños conducen a la sede del PP, a cuyos políticos responsabilizan en gran parte de la crisis que atraviesa el sector. En su décimo día de huelga indefinida en la capital de España, los taxistas han presentado este miércoles al Gobierno regional una propuesta de regulación más restrictiva del servicio de los VTC, los vehículos de alquiler con conductor que operan con plataformas como Uber y Cabify. En su propuesta, los taxistas exigen que los VTC se contraten con al menos una hora de antelación y que realicen un recorrido mínimo de cinco kilómetros.
Sin embargo, el Gobierno regional, controlado por el Partido Popular, siempre ha defendido que la precontratación de este servicio es una "línea roja" que no está dispuesto a franquear, y nada apunta a que vaya a cambiar de opinión.
Los conductores de VTC también se han echado a las calles de Madrid para defender sus puestos de trabajo. Con la vista puesta en Barcelona, donde se prevén despidos masivos en el sector tras aprobarse un decreto que regula el servicio de los VTC, cientos de conductores protestaron el martes frente a la sede de Podemos, el partido que más apoyo ha mostrado a los taxistas, para recordarles que ellos son también trabajadores y no multinacionales y que, como los taxistas, también tienen una familia a la que alimentar.