En nuestro viaje por Europa a pocas semanas de las europeas visitamos Extremadura, una tierra muy rica en pero
PUBLICIDADA nueve semanas de las elecciones europeas, nuestro viaje por Europa continúa. Vamos a recorrer 14 países de la Unión Europea con la intención de conocer las preocupaciones y esperanzas de sus ciudadanos. Tras visitar Portugal llegamos a España, más concretamente a Extremadura.
Se trata de una de las regiones más fértiles y ricas en materias primas, a pesar de lo cual es una de las comunidades más pobres de España. Casi la mitad de la población vive solo con 700 euros al mes y 13.000 jóvenes se han marchado en los últimos cinco años. Con un tren que tarda seis horas en recorrer 300 kilómetros, sus habitantes se quejan de la falta de infraestructuras. Esto no permite el desarrollo industrial y comercial de la región.
En Villafranca de los Barros hablamos con Brígida, ganadera. Brígida heredó sus fincas de ganadería extensiva hace 20 años: “Es un negocio familiar", nos cuenta. "Sobrevivimos. Yo tengo un sueldo y el resto lo reinvertimos”.
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Vivir del campo, un eterno desafío
3.000 ovejas pastan en sus campos cerca donde también cultivan cereales para alimentar el ganado. Brígida nos recuerda que el campo y esta región tiene "muchos desafíos: necesitamos el tren, sin infraestructuras no podemos sacar nuestros productos. Y además la incorporación de los jóvenes... El campo está envejeciendo y la gente joven no se incorpora", lamenta Brígida. "El campo morirá”.
Como la mayoría de ganaderos de esta zona, Brígida percibe una ayuda de Política Agraria Común (PAC). Un sistema de subvenciones que invierte hasta 57.000 millones de euros al año en los campos europeos según las hectáreas de las fincas. Brígida reconoce que "si no fuera por la PAC no podríamos vivir, pero también creo que los fondos se podrían usar mejor".
El futuro se complicada para los agricultores y ganaderos. La sequía amenaza sus pastos y su modo de vida. Para Br´igida, el cambio climático es un hecho. "Cuando a final de marzo veo esto así..." dice mirando sus tierras. "¡Todo espigado! La última vez llovió solo cuatro litros, y fue hace casi un mes. Es un desastre”.