Ankara hace caso omiso a las advertencias de Bruselas y acusa al bloque de ser partidista en la cuestión chipriota.
PUBLICIDADTurquía sube su apuesta ante la Unión Europea con respecto a las polémicas prospecciones en Chipre. Tras el anuncio de Bruselas de la imposición de una serie de sanciones a Ankara por sus "constantes actividades ilegales de perforación", Turquía no ha tardado en responder.
Lo ha hecho a través de un comunicado de su ministerio de Exteriores en el que confirma su intención de seguir extrayendo gas frente a las costas chipriotas. En el mismo, lamenta que la Unión Europea no haya siquiera mencionado en sus denuncias a la población turcochipriota. Eso demuestra, dice el texto, "lo sesgado y partidista que es el bloque con respecto a la cuestión chipriota".
Este lunes, coincidiendo con el tercer aniversario del fallido golpe de Estado, el presidente Erdogan aseguraba que "los que apoyan a la otra parte en las cuestiones relacionadas con el Mediterráneo oriental, Chipre y el Egeo, están siendo engañados". Erdogan criticó a los que ven en la lucha de Turquía en los ámbitos diplomático, económico y militar "una simple disputa política".
Está por ver hasta donde llega esta guerra fría entre Bruselas y Ankara en el Mediterráneo oriental. Por lo pronto, la Unión Europea ha decidido suspender las negociaciones con este país sobre un acuerdo de aviación y reducir los fondos que este recibe como candidato a entrar en el bloque. Turquía, por su parte, ya ha enviado al noreste de Chipre un barco de exploración y dos buques de perforación, dejando bien claras sus intenciones.
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