Estados Unidos ha amenazado a Ankara con sanciones.
Turquía hace oídos sordos a la OTAN y sigue recibiendo material de defensa ruso. Este domingo han aterrizado en suelo turco tres nuevos aviones de carga con el polémico sistema ruso de lanzamiento de misiles S-400. Una decisión que enfada a la OTAN y que podría provocar sanciones por parte de Estados Unidos.
"Esto va mucho más allá del comercio de armas; este es un gran éxito para la política exterior de Rusia en el ámbito internacional. Nos hacemos más interdependientes con los turcos y eso ayudará a que ambos países lleguen a acuerdos", explica Ruslan Pukhov, analista de defensa ruso y Director del Centro para el Análisis de Estrategias y Tecnologías, con sede en Moscú.
La primera entrega, que llegó este sabado, hizo saltar todas las alarmas. La OTAN ha alertado a Ankara de que el uso del S-400 podría servir para transferir información sensible sobre el desarrollo de los cazabombarderos F35, en los que participa Turquía. Por su parte, el Ministerio de Defensa turco afirma que "el proceso continuará su curso", ya que necesita reforzar su defensa antiaérea.