Los satélites franceses estarán equipados de rayos láser para cegar a los enemigos, entre otros medios de defensa. Su objetivo, no quedarse atrás, mientras las grandes potencias rivalizan por dominar el espacio
Francia se prepara para la guerra espacial. El gobierno de Emmanuel Macron ha anunciado que va a dotar a sus satélites y nanosatélites patrulla de potentes rayos láser capaces de cegar a los satélites adversarios.
París, que ya ha invertido 3600 millones de euros en renovar su sistema de satélites, va a invertir 700 millones más en reforzar sus capacidades militares espaciales. El objetivo, poder defenderse no solo de eventuales países enemigos sino también de empresas privadas. El año pasado, Francia acusó de espionaje a un satélite ruso.
El espacio como eventual campo de batalla
Espionaje, interferencias, ciberataques, armes antisatélites... El espacio se ha convertido en un campo de enfrentamiento entre países. Las grandes potencias mundiales, como Estados Unidos, China y Rusia, llevan años compitiendo por dominar el espacio.
"No tenemos miedo de nadie, pero consideramos, porque lo hemos observado, que el espacio se está convirtiendo en un lugar potencial de conflicto -explicó la ministra francesa de Defensa, Florence Parly-. La revisión de nuestra estrategia para definir una programación militar ha identificado muy bien esa amenaza. Y una vez identificada, nuestra responsabilidad es poner medios para contrarrestarla".
Francia despliega un comando militar y aumenta sus medios de vigilancia espacial
Francia está desplegando una nuevo comando militar para el espacio en Toulouse y planea cambiar la legislación para permitir que el Ejército tenga más libertad en el espacio. Además de medios de "defensa activa" para sus satélites, París pretende también reforzar sus medios de vigilancia espacial.
Anuncios que tienen lugar después de que el presidente estadounidense, Donald Trump revelara que creará una nueva rama del ejército, llamada Fuerza Espacial. La propia ministra francesa de Defensa dijo que quiere estar segura de que la "última frontera" no se convierte en un nuevo "Salvaje Oeste".