La población se muestra cansada y cree que la decisión de Mateo Salvini de convocar unos comicios es una "locura"
Eran buenos tiempos. Aquellos en los que el actual primer ministro, Giuseppe Conte, y los líderes del Movimiento Cinco Estrellas y la Liga, Luigi Di Maio y Matteo Salvini, parecían iniciar una bonita amistad. Pero ese propósito, como suele ser habitual en Italia, ha durado poco, Exactamente, algo más de catorce meses. Fue el uno de junio del año pasado cuando Conte era nombrado jefe de Gobierno tres meses después de los comicios y tras unas complejas conversaciones que dieron como resultado una coalición populista al frente del Ejecutivo.
La decisión de Salvini de volver a llamar a los electores a las urnas ha provocado desazón en una población harta de la inestabilidad. Hay ciudadanos que consideran que el ministro de Interior "es un hombre peligroso para el país que se ha lanzado a sí mismo y al país a un viaje desconocido". Una mujer cree que el Gobierno "no se esperaba que durase, pero hoy también debemos respetar los plazos que vienen de la Unión Europea. Así es como el enfrentamiento ha llegado en pleno verano". Otros, simplemente, manifiestan el cansancio y quieren mejorar con el tiempo."
Salvini está jugando con el viento a favor. Según una encuesta recientemente publicada del insitituto Ipsos, su formación ganaría los comicios en Italia y solo necesitaría el apoyo de los también nacionalistas Hermanos de Italia y Forza Italia para formar Gobierno. La opción del presidente Sergio Mattarella es no disolver el Parlamento e intentar formar un nuevo Ejecutivo.