Johnson aseguró que su Gobierno "no quiere reimponer controles en la frontera" en Irlanda. Se mostró convencido de que existe "una solución técnica" para la salida negociada del Reino Unido.
El primer ministro británico, Boris Johnson aseguró que su Gobierno "no quiere reimponer controles en la frontera" entre la República de Irlanda y la provincia británica de Irlanda del Norte. Se mostró convencido de que existe "una solución técnica" para la salida negociada del Reino Unido antes del 31 de octubre.
El presidente francés Emmanuel Macron señaló que "nadie va a esperar al 31 de octubre" sin buscar una alternativa_: "Ahora tengo que ser muy claro, en el próximo mes, no intentaremos encontrar un nuevo acuerdo de retirada lejos de lo básico. Si hay cosas que, en el marco de lo que ha negociado Michel Barnier que se pueden adaptar y están en el cumplimiento de dos objetivos que he citado: la estabilidad en Irlanda y la integridad del mercado único, tenemos que encontrarlos en el próximo mes. Si no, esto significa que el problema es más profundo, que es más político, que es un problerma político británico y en ese punto, no es la negociación Brexit lo que puede solucionarlo. Es una elección política que el primer ministro tendrá que tomar. No nos corresponde a nosotros hacerlo "._
Jonhson recalcó que no habría frontera entre las dos irlandas: "Bajo ninguna circunstancia el gobierno del Reino Unido levantará, impondrá, controlará o impondrá filtros de tipo alguno en esa frontera. Pensamos, y entiendo su deseo de proteger la integridad del mercado único, por supuesto que lo entendemos, que hay formas de proteger la integridad del mercado único, y permitir que el Reino Unido salga de la UE, por completo y perfectamente".
Johnson, por su parte recordó que ya hubo un referéndum sobre el Brexit y que hay que atenerse a "las consignas de los electores" y que eso significa que el 31 de octubre su país se irá de la Unión Europea "haya o no un acuerdo".
Macron dejó la responsabilidad de un Brexit sin acuerdo en su interlocutor al afirmar que corresponde solo al Reino Unido decidir su futuro.