Erdogan desoye a la comunidad internacional

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Las tropas rusas patrullan ya en el norte de Siria, donde las fuerzas turcas han lanzado una operación para expulsar a los combatientes kurdos y establecer la llamada "zona de seguridad".

Mientras Turquía continúa avanzando en su ofensiva, Moscú, un aliado clave del presidente Al Assad, ha advertido a Ankara que no socave el proceso político y que utilice sólo una fuerza proporcional. Pero el Presidente Erdogan sigue empeñado en su desafío pese a las críticas internacionales a la operación. Su objetivo, asegura, es crear una zona segura para el retorno de los refugiados.

"La Operación Manantial de Paz durará hasta que alcancemos los 30 - 35 kilómetros de profundidad que declaramos antes a lo largo de la franja que va desde Manbij hasta la frontera iraquí. No hay excepciones, ni dudas, ni puertas abiertas en esta materia", ha dicho el presidente de Turquía Recep Tayyip Erdoan.

Pero con la llegada de las fuerzas sirias a Manbij, crece el riesgo de un enfrentamiento devastador. Y en medio del caos, también se teme un resurgimiento del terrorismo de Estado Islámico. Una amenaza ante la que Francia dice que Europa debe unirse para hacerle frente, ya que Estados Unidos se retira de la región.

Jean-Yves Le Drian, Ministro de Asuntos Exteriores de Francia, defiende que "tenemos que poner todo esto sobre la mesa y preguntar quién hace qué, quién quiere continuar, quién quiere parar, porque esta invasión turca es inaceptable, hay que condenarla, es insoportable, está poniendo en peligro nuestra seguridad y, por lo tanto, Francia debe tener una posición muy fuerte al respecto. Nos han escuchado las naciones europeas, los miembros de la coalición deben celebrar una reunión lo antes posible, en los próximos días".

El estallido de nuevos combates en la región ha obligado a miles de personas a abandonar sus hogares, algunas de las cuales han cruzado la frontera con Irak. El inicio de una crisis humanitaria como temía la comunidad internacional.