Una larga marcha por la libertad, carreteras cortadas al tráfico, monumentos cerrados al público y manifestaciones marcan la jornada de paro convocado en la región tras cuatro días de incidentes violentos en las calles contra la sentencia judicial que condenó a nueve líderes políticos por sedición
PUBLICIDADHuelga general independentista en Cataluña. Una larga marcha por la libertad, carreteras cortadas al tráfico, monumentos cerrados al público y manifestaciones marcan la jornada de paro convocada en la región tras cuatro días de incidentes violentos en las calles contra la sentencia judicial que condenó a nueve líderes políticos por sedición.
"Los culpables de actos violentos serán identificados y conducidos ante la justicia para que reciban la sanción que les corresponde. Es decir, no va a haber ningún espacio para la impunidad ante los graves hechos violentos que hemos visto en estos últimos días en distintas ciudades de Cataluña", señalaba Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español en funciones.
Servicios mínimos en el transporte, escasa afluencia a las aulas en las universidades.... muchos ciudadanos tratan de adaptar su vida laboral a las peculiaridades de una huelga convocada por varios sindicatos minoritarios independentistas.
"Yo quiero ir a trabajar, por supuesto. Soy autónoma y vivo de ello, día a día. Entiendo y respeto la situación pero... si todos no nos sumamos al carro, estoy de acuerdo en que no se pueden conseguir las cosas. Pero, principalmente, lo que yo necesito es trabajar", afirma una ciudadana.
Circular por Barcelona, este viernes, ha sido tarea casi imposible.
"No soy de aquí pero... tampoco a mí me dejan ir a trabajar. No me dejan asistir a un curso formación al que tengo que ir y que está pagado desde hace algún tiempo. No sé si llegaré o no llegaré", declara otra ciudadana afectada por la jornada de paro en Cataluña.
"Muchos nos decían que sentían rabia, enfado y tristeza por lo que está ocurriendo, sobre todo por esas imágenes de violencia. Otros nos decían que la única forma que tienen de luchar por su objetivo es tomar las calles; salir a las calles como lo están haciendo. Pero sobre todo mucha preocupación también por la proyección internacional que está dando la ciudad que vive principalmente del turismo", señala Cristina Giner, corresponsal de Euronews en Barcelona.
La preocupación aumenta con el paso de las horas. Estados Unidos, Francia y Reino Unido han recomendado a sus ciudadanos que eviten viajar a Barcelona y les han avisado del peligro que pueden correr, en caso contrario.