Japón vuelve a demostrar su supremacía durante el Gran Slam de Osaka

Última jornada del Grand Slam de Osaka en la que Beka Gviniashvili se coronó como nuestro hombre del día. El georgiano se enfrentó al uzbeko Davlat Bobonov en la final de la categoría de -90 kilos en uno de uno de los combates más emocionantes de la jornada. El uzbeko se puso por delante con waza ari pero Gviniashvili empató la pelea.
El drama continuó cuando Bobonov pensó que había vuelto a puntuar, pero fue Gviniashvili quien finalmente reunió la energía para puntuar con un rotundo ippon y ganando su primer grand slam desde 2016.
Le entregó la medalla Armen Bagdasarov, Director Deportivo de la Federación Internacional de Judo.
La japonesa Akira Sone se enfrentó a la cubana Idalys Ortiz en la final de +78 kilos. La vigente campeona del mundo derrotó a la antigua campeona olímpica con un _ouchi gar_i al final de la Técnica de Oro y que le valió ganarse cuna posición en los Juegos Olímpicos de Tokio.
Sato Nobuyuki, miembro honorario de la Federación Internacional de Judo le colgó la medalla.
En la categoría de -100 kilos el antiguo campeón del mundo Ryunosuke Haga se enfrentó contra uno de los judocas más difíciles de vencer en esta categoría. Con un espectacular uchi mata puntuó waza ari antes de un precioso momento de deportividad con el medallista olímpico Elmar Gasimov y que demostró uno de los valores principales del judo, la amistad.
Le entregó la medalla Lisa Allan, Gerente de Competición de la Federación Internacional de Judo.
Y en la categoría de -78 kilos dos judocas japonesas se enfrentaron en la final. Después de ir perdiendo con un waza ari en contra, Mami Umeki fue capaz de puntuar ippon y terminar superando a su compatriota.
En la categoría de +100 kilos, el japonés Hyoga Ota se enfrentó a Inal Tasoev. El ruso puntuó waza ari y se hizo con su segundo título de grand slam.
Nuestro movimiento del día llegó de la mano del campeón del mundo de 2015, Gwak Donghan, frente al medallista de plata japonés Shoichiro Mukai, con una demostración perfecta de judo. Una forma fantástica de concluir el último grand slam del año.