Según expertos, las diferencias culturales están siendo un factor de propagación de la pandemia en Suecia. La información es clave, ya que el país no ha impuesto el estado de alerta, como sí han hecho otros países europeos.
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Suecia se distinguió del resto de los países europeos al no imponer extrictas medidas de cuarentena, e instando a los ciudadanos a asumir su responsabilidad. Pero las últimas cifras muestran que en las zonas más pobres se han triplicado los casos de Covid-19.
Aquí, en Jakobsberg, a unos 20 kms de Estocolmo, los jóvenes se movilizan para hacer llegar información inteligible a las comunidades de inmigrantes.
"En Jakobsberg hay una población muy vulnerable, con muchos problemas y donde las noticias, la información no llega correctamente. Mi labor, como joven embajadora, es hacer llegar una información vital aquí donde la gente no tiene representación, cuenta la joven mediadora Warda Abdalla.
"Tratamos de llegar a todo el mundo y nuestros folletos están en diferentes idiomas. Queremos llegar a aquellos que tal vez no entienden las noticias en sueco, nuestros folletos están escritos en ruso, finlandés, árabe, y en otros idiomas", explica Mustafa Jasem, otro joven mediador.
Según expertos, las diferencias culturales están siendo un factor de propagación de la pandemia en Suecia. La información es clave para la estrategia sueca, ya que el país no ha impuesto el estado de alerta, como sí han hecho otros países europeos.
A fines de marzo, de las primeras 15 muertes en Estocolmo, seis eran personas de origen somalí.
Aunque Suecia tiene una de las tasas más elevadas de hogares con una sola persona en Europa, en la comunidad somalí, por ejemplo, varias generaciones pueden vivir en el mismo apartamento y eso puede ser un factor de contagio.