El gesto solidario de los refugiados durante la pandemia en Portugal

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Nadege Ilick llegó a Portugal hace ocho meses. Era uno de las refugiados a bordo del barco Sea Watch que entró en el puerto de Lampedusa sin autorización el verano pasado. Italia les cerró la puerta, pero se la abrió Portugal. En agradecimiento, esta mujer de Camerún se ha ofrecido como voluntaria para ayudar a los portugueses que están en una situación difícil debido a la pandemia.

"He decidido ayudar, porque Portugal nos ayudó a mi familia y a mí en momentos muy difíciles. Y para mí es un verdadero placer ayudar a la gente en dificultades", explica.

Nadege es uno de los cinco refugiados que han estado ayudando, entre muchos voluntarios portugueses, en una cocina solidaria organizada por la Escuela Internacional de Braga, en el norte de Portugal. Desde que comenzaron a asistir a víctimas económicas de la pandemia del coronavirus, hace seis semanas, han logrado distribuir más de nueve mil comidas a distintas personas.

Entre los beneficiarios se encuentras personas que han dejado de generar ingresos y también personas que están aisladas en un campamento porque dieron positivo en la prueba de la COVID-19. El sirio Ahmad Sido conoce de primera mano estas situaciones de extrema precariedad:

"La enfermedad es como una guerra. Es más complicado, porque la gente no tiene ayuda, comida... Los humanos sabemos que hay que ayudar y ayudamos", afirma.

- "¿Te sientes bien ayudando?", pregunta la periodista.

- "Sí, sí...", sentencia Ahmad.

- "Me siento muy feliz ayudando... ¡mucho!", añade la refugiada Gaufran Shlash, también de nacionalidad siria.

"Este no es un caso aislado de solidaridad durante la pandemia por parte de los refugiados que viven en Portugal. En Lisboa, una pareja siria propietaria de un restaurante ha estado ofreciendo comidas a los profesionales de la salud que luchan contra Covid-19", concluye nuestra compañera Filipa Soares desde Portugal.