Luciendo una mascarilla y escoltado por el ministro de Educación, el presidente francés, Emmanuel Macron, ha visitado una escuela cerca de París en plena tormenta sobre la reapertura de los centros escolares el próximo día 11. No todo el mundo está de acuerdo con esta decisión.
PUBLICIDADLuciendo una mascarilla y escoltado por el ministro de Educación, el presidente francés, Emmanuel Macron, ha visitado una escuela cerca de París en plena tormenta sobre la reapertura de los centros escolares el próximo día 11 de mayo. No todo el mundo está de acuerdo con esta decisión. Macron, que estuvo hablando con un grupo de escolares hijos de personal sanitario, se mantiene firme en sus planes de reapertura gradual y concertada. Algunas familias, que llevan semanas ejerciendo de padres y profesores, no saben qué hacer:
"No somos maestros y al principio fue muy difícil ponerse en sus zapatos y adquirir cierta pedagogía para enseñar a nuestra hija, que está en su primer año de primaria. Creo que ella necesita volver con su maestro, que tiene una buena pedagogía", afirma Mathilde Manaud, madre de una alumna.
El pasado domingo, 316 alcaldes de la región de Île de France, incluida la alcaldesa de París, pidieron a Macron en una carta abierta que retrasase la reapertura de las escuelas, pues ven imposible garantizar la seguridad de alumnos y profesores. Philippe Bouyssou, alcalde de Ivry-sur Seine, apunta a otro problema: no hay personal suficiente.
"El plazo es poco realista en términos del 11 de mayo. En el mejor de los casos, podríamos abrir algo, pero no la escuela entera, el 18 de mayo. Tengo un poco menos del 40% del personal que normalmente tenemos para dirigir nuestras 28 escuelas", explica.
Los padres, muchos de los cuales volverán a trabajar el 11 de marzo tras un largo confinamiento, tienen libertad para llevar o no llevar a sus hijos a la escuela. Según una encuesta, tres de cada cuatro, no lo harán en los barrios de la periferia norte de París.