Un anuncio explosivo que pocos esperaban. El presidente estadounidense, Donald Trump, ha revelado a la prensa que está tomando dosis diarias de hidroxicloroquina, a modo de prevención contra la COVID-19 aunque no esté científicamente comprobado que surta este efecto.
Un anuncio explosivo que pocos esperaban. El presidente estadounidense, Donald Trump, ha revelado a la prensa que está tomando dosis diarias de hidroxicloroquina, a modo de prevención contra la COVID-19 aunque no esté científicamente comprobado que surta este efecto.
"Esta es una pastilla que se ha utilizado durante mucho tiempo, 30 o 40 años, en la lucha contra la malaria y el lupus, incluso también contra la artritis. Así que ha sido muy probada en esos términos... Estaba esperando a ver cómo se os iluminaban los ojos al decir esto... Ya lo he dicho. La he tomado durante una semana y media y aquí sigo", espetó Trump a los presentes durante una rueda de prensa.
El presidente estadounidense ha promocionado durante semanas el uso de la cloroquina como una posible cura para el coronavirus, a pesar de que los expertos y la Administración de Medicinas y Alimentos de Estados Unidos cuestionan su eficacia y advierten de efectos secundarios potencialmente dañinos. Sus "consejos" tuvieron nefastas consecuencias para algunos de sus seguidores. Varios fueron al hospital y uno falleció después de confundir la cloroquina con un producto tóxico utilizado para limpiar acuarios.
Trump también ha hablado de la Organización Mundial de la Salud, con la que está en guerra abierta desde hace semanas, y ha amenazado con sacar a EEUU de la organización o convertir en permanente la suspensión temporal de fondos si no acomete cambios drásticos en un plazo de 30 días. Su anuncio tiene como telón de fondo el regreso a sus puestos de más de 130.000 trabajadores del sector automovilístico.
A pesar de las advertencias de que el virus podría resurgir sin una vacuna o un tratamiento adecuados y siempre bajo la presión de la Casa Blanca, muchos Estados estadounidenses han suavizado confinamientos y restricciones. Estados Unidos alcanzó en abril un 14,7% de desempleo, un nivel que no se veía desde los años de la Gran Depresión.