Un estudio internacional reciente asegura que lo que está ocurriendo en la región rusa es una de las consecuencias más evidentes del cambio climático.
El fuego arrasa la región rusa de Siberia. En la última semana se ha triplicado la extensión cubierta por las llamas, de 3100 a 13.900 hectáreas. La principal tarea de bomberos y voluntarios es evitar que los incendios alcancen ciudades como la Yukorsk, donde se le pudo ver trabajando este viernes.
En total 25 focos están activos en la Región Autónoma de Khanty-Mansi, el oeste de Siberia. Unas catorce mil personas están tratando de sofocarlos. Se ha decretado el estado de emergencia en varios puntos. En todo el país, 55 regiones están en alerta por la situación.
El martes, el primer ministro Mijaíl Mishustin, ordeno desembolsar 32 millones de euros para hacer frente a los incendios.
Un reciente estudio internacional achaca al cambio climático la actual ola de calor que vive Siberia. Se trata, dice el texto, de la huella más evidente de la alerta medioambiental. Los científicos sostienen que las consecuencias de los gases de efecto invernadero han provocado que se multipliquen al menos por seiscientos las posibilidades de que el territorio padezca altas temperaturas. En uno de los días de este año se ha registrado en una de las regiones más frías del planeta una temperatura de 38 grados centígrados.