Es como un triple salto mortal sin red. El Circo del Sol trata de sobrevivir en la Riviera Maya mexicana a ese "más difícil todavía" que supone la conjunción de la pandemia, con una gravísima crisis plagada de despidos y una drástica reducción del aforo al 30% en sus espectáculos.
PUBLICIDADTriple salto mortal sin red. El Circo del Sol trata de sobrevivir en la Riviera Maya mexicana a ese "más difícil todavía" que supone la conjunción de la pandemia de la COVID-19 con una gravísima crisis económica que ha obligado a despedir al 95% de sus trabajadores y una drástica reducción del aforo en sus actuaciones.
El espectáculo La Joya, inspirado en la migración de una mariposa monarca, ha reabierto sus puertas en julio tras tres meses de parón debido al coronavirus. Aunque son muchos los miedos que atenazan a sus trabajadores, contorsionistas, equilibristas, malabaristas y patinadores extreman la concentración y pulen hasta el último detalle de su actuación para que la representación sea perfecta.
Nadie quiere hablar de la crisis, la peor que atraviesa esta compañía canadiense desde su fundación hace casi cuatro décadas y que la ha obligado a pedir protección judicial por bancarrota. Lo que queda del Circo del Sol será subastado el próximo mes de agosto.