Macron caminó por las zonas más afectadas por la explosión y conversó con la multitud que entre gritos celebraban el respaldo de Francia, pero que a su vez protestaba contra la mala gestión del Gobierno libanés.
PUBLICIDADLa llegada de Emmanuel Macron al Líbano causó revuelo de principio a fin. Fue el primer jefe de gobierno extranjero en visitar el país tras la trágica explosión del martes. Acompañado de una gran multitud, Macron caminó por las zonas más afectadas y conversó con los presentes que entre gritos celebraban el respaldo de Francia pero a su vez protestaba contra su clase política.
Sin poder hacer oídos sordos a la demanda popular, el mandatario francés prometió poner sobre la mesa del Gobierno libanés un nuevo pacto político, además de más ayudas y el apoyo su país a la investigación del siniestro.
Antes del suceso, Líbano se encontraba sumido en una crisis económica y política, enmarcada por denuncias de corrupción y fuertes protestas.
"No puedo sustituir la responsabilidad de un gobierno elegido soberanamente, de un presidente elegido soberanamente. Su responsabilidad es inmensa: deben hacer un nuevo pacto con el pueblo libanés en las próximas semanas, este profundo cambio es esperado por todos", dijo Macron que también incluyó críticas a la gestión política del país: " Líbano continuará hundiéndose si no se aplican pronto las reformas necesarias".
La presencia de Emmanuel Macron en el terreno, podría devolver al mandatario su estandarte de líder global, así como el rol de Francia como potencia diplomática en un país con los que comparte vínculos históricos.
La explosión de un almacén que contenía cerca de 3.000 toneladas de nitrato de amonio ha dejado a más de 200.000 personas sin hogar, alrededor de 5.000 heridos y más de 137 víctimas mortales.