Movimientos de derechos humanos denuncian intimidaciones por parte del Gobierno.
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Las presidenciales bielorrusas son consideradas como el mayor desafío para el presidente Alexander Lukashenko en los 26 años que lleva en el poder. Los grupos de derechos humanos han denunciado detenciones e intimidaciones. Y acusan al gobierno de tomar medidas enérgicas contra los manifestantes que han estado tomando las calles.
Muchos aquí dicen que el Estado está tratando de determinar el resultado de las elecciones. La OSCE no supervisará la votación, alegando que las autoridades no han cursado una invitación a tiempo.
Katia Polidovets, observadora local, locales informa de intimidación y obstrucción en su trabajo "Estaba de pie y no molestaba a nadie. No hablé con nadie excepto con el jefe del colegio electoral. En un momento dado, una mujer se me acercó y se presentó como directora de la escuela y me pidió que dejara esta institución educativa. Tengo pruebas en video. Le pregunté repetidamente sobre los motivos por los que me tenía que ir. ¿Cómo podría ejercer mi derecho a vigilar?"
El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, ha prometido que las próximas elecciones presidenciales no estarán amañadas. Y ha culpado del contexto actual interferencias de fuera del país. Alguno de sus partidarios cree que es "digno de su cargo".
Katia no está de acuerdo y ha decidido registrarse como observadora local para los comicios de este año. El objetivo es ser parte del cambio que quiere ver en su país. "Si hablo con honestidad, tengo miedo. Pero estoy luchando contra este miedo porque uno no puede estar asustado siempre. Entiendo que estoy listo para el cambio y toda la nación bielorrusa está lista para ello. Hemos crecido"
Las encuestas no auguraban una reelección fácil para Lukashenko hasta que el Gobierno prohibió su publicación. Los medios oficialistas sí pronostican un apoyo masivo al presidente.