El misterioso caso de los caballos mutilados en Francia
El pasado 8 de agosto, Jean Michel Martinot, criador de caballos en Cluny, fue a alimentar a sus yeguas como lo hace cada mañana. Jade, de 14 meses, había desaparecida. La encontró bajo un árbol.
"Tenía marcas de estrangulamiento, suponemos que la ataron con un lazo, y debieron atarla al árbol antes de apuñalarla", explica Martinot.
El agresor no tuvo piedad. Amputó a Jade una oreja, un ojo y sus genitales.
"Cuando ves ese horror te quedas conmocionado, porque son potros a los que hemos ayudado a nacer, a los que amamos", continúa Martinot.
Francia lleva meses sacudida por el sórdido misterio de los caballos mutilados, un fenómeno que se ha acelerado en las últimas semanas. Casi todos los días, en las cuatro esquinas de Francia, extraños matan caballos por la noche, en campos aislados, al azar. Pero atacar a la potra Jade, como a otros caballos, no está al alcance de todos:
"Aunque sean muy sociables, siguen siendo potros, tienen reacciones de miedo, hay que conocer al animal, y, además, dado tipo de lesiones producidas, también tienen que conocer la anatomía del caballo, son realmente personas que conocen a los caballos", cuenta Martinot.
El miedo se ha instalado en los picaderos. Muchos dueños de caballos y de criaderos han extremado las medidas de seguridad, llegando incluso a dormir en las instalaciones para evitar los ataques. En este clima de extrema tensión, hay quien teme que se produzca una tragedia.
"Lo que me asusta es el aumento del número de casos, y la reacción de los propietarios, que puede ser dramática. Creo que podrían disparar a la primera persona que crean que quiere hacerle daño a su caballo, ya sea alguien malintencionado, o alguien que sólo se detiene por curiosidad, ese es el gran peligro en este momento", confiesa el veterinario Paul Watelet.
Todo apunta a que no se trata de un solo mutilador, sino de varios que actúan de forma coordinada. Un criador del Yonne sorprendió a dos hombres atacando sus ponis y el boceto que hizo de uno de los sospechosos es el único retrato robot con que cuenta la policía. Sobre todas las pistas que baraja la policía sobresale una: la de la brujería.
"Sacrifican el animal pensando que van a recuperar su energía, su fuerza. Podría tratarse de un ritual de sexualidad o de fecundidad. Los miembros amputados, el ojo, la oreja derecha, se utilizan en rituales de invocación o para transmitir la energía. Hay que destacar que se trata siempre de la oreja derecha. La izquierda es satán", explica el historiador Jacky Cordonnier, experto en sectas y religiones.
"El caso de los caballos mutilados no es nuevo, se han constatado unos dos mil casos en toda Europa desde los años ochenta y ha habido algunos casos este verano en Alemania", concluye la reportera de euronews Laurence Alexandrowicz.