Etiopía camina hacia la fragmentación del país, tras la decisión de la región de Tigray, fronteriza con Eritrea, de celebrar este miércoles elecciones a su Parlamento regional, comicios que el Gobierno etíope considera ilegales.
Etiopía camina hacia la fragmentación del país, tras la decisión de la región de Tigray, fronteriza con Eritrea, de celebrar este miércoles elecciones a su Parlamento regional, comicios que el Gobierno etíope considera ilegales.
Sin duda, un pulso al primer ministro y premio Nobel de la Paz, Abiy Ahmed, con una eventual secesión en la agenda.
"Mucha gente empieza a preguntarse sobre Etiopía misma, los intelectuales, los jóvenes han empezado a coincidir con nuestro análisis. En este momento, la aceptación va más allá de nuestras expectativas", ha explicado el líder del Partido para la Independencia de Tigray, Girmay Berhe.
"Cada vez que sucede algo malo le echan la culpa de todo a la gente de Tigray. Resulta desconcertante por qué siempre pasa esto. Hemos hecho muchos sacrificios por la unidad de Etiopía", comenta el activista y director del Circo Tigray, Tesfaye Gebreyohannes.
De hecho, la controversia es consecuencia del aplazamiento, por la pandemia del coronavirus, de las elecciones generales y regionales previstas en todo el país.
Las fuerzas políticas de Tigray han rechazado esta decisión, manteniendo sus comicios que ilustran las divisiones étnicas y políticas en Etiopía.