Etiopía y Eritrea abren sus fronteras tras 20 años de guerra fría

Acaba de derrumbarse un muro invisible, el que desde hace dos décadas se alzaba entre Etiopía y Eritrea. Tras veinte años de guerra fría, los dos países del cuerno de África han reabierto sus pasos fronterizos, como parte del histórico acercamiento que están llevando a cabo.
Dos fronteras han sido abiertas coincidiendo con la celebración del Año Nuevo etíope, la de Bure-Debay Sima, en el sureste, y la de Zalambessa-Serha, en el noroeste.
Eritrea se independizó de Etiopía en 1993. Cinco años después, las disputas fronterizas les abocaron a una guerra fratricida que dejó 80.000 muertos y enquistó el odio.
El deshielo de las relaciones lo ha propiciado el joven y reformista primer ministro etíope, Abiy Ahmed, al tender la mano al presidente eritreo Yemane Meskel. Ambos líderes han firmado un acuerdo de paz, restablecido las comunicaciones telefónicas y reabierto las conexiones aéreas , además de impulsar la cooperación económica y comercial.
Etiopía es el segundo país más poblado de África y una de las economías más activas del continente. Sin embargo, su crecimiento se ha visto frenado por no tener acceso al mar Rojo desde que Eritrea declaró la independencia.
En ese sentido, se espera que el acercamiento entre los dos países facilite las importaciones y exportaciones etíopes, y contribuya a dinamizar la región.