Para la isla de Hoedic en la región de Bretaña es todo un acontecimiento. Con solo un centenar de habitantes, una tercera parte recibirá las primeras dosis de la vacuna Pfizer-BionTech contra la COVID-19.
Las vacunas llegan a las islas francesas. Para la isla de Hoedic en la región de Bretaña es todo un acontecimiento. Con solo un centenar de habitantes, una tercera parte recibirá las primeras dosis de la vacuna Pfizer-BionTech. El equipo médico viaja en helicóptero y otro equipo de bomberos les acompaña desde el mar. Ambos llevan dos cajas enormes de plástico azul dirección al ayuntamiento. Una treintena de personas recibirán la primera inyección a lo largo del día en este territorio de 2,4 kilómetros cuadrados.
Bertrand, de 59 años y enfermo de hepatitis C, se siente aliviado al ser el primero en ser inyectado por el médico de los bomberos de Morbihan.
Stéphane Pinard, médico al mando de los bomberos de Morbihan, señala: "Nunca es fácil ir a vacunar a la gente. Pero personalmente, prefiero ir a la isla yo porque estoy bien de salud que hacer venir a los ancianos al continente".
Es el turno de Daniele, de 72 años: responde a un cuestionario de salud antes de la inyección. En Hoëdic, nadie se ha contagiado hasta ahora.
Danielle Favre, residente en Hoëdic, destaca: "Aquí vivimos en un pequeño microcosmos, así que es mejor que todo el mundo se vacune. Además, creo que es una cuestión de solidaridad general con Francia. Tenemos que salir de ella. Y me permitirá conocer a mis nietos sin ningún problema."
Al final del día, el helicóptero "Dragón" de la Seguridad Social se aleja, mañana se vacunará en otra isla. Hoedic duerme. Dentro de cuatro semanas, sus habitantes recibirán la segunda inyección.
