Salud bucodental para los más vulnerables

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María José gasto en unos 3.000 euros en un dentista que no arregló su boca. No podía pagar más y encontró la solución en una organización sin ánimo de lucro. Ahora puede realizar con normalidad una tarea tan cotidiana como comer: “Quedaba con mis amigas y les ponía excusas porque yo las veía ellas comer y masticar, y yo era metérmelo en la boca y caérseme todo. Tenía muchísimo complejo, psicológicamente estaba mal”.

La Fundación Luis Séiquer atiende a personas con recursos escasos o en situación de vulnerabilidad, como inmigrantes, drogodependientes o mujeres maltratadas. El ahorro es de más de la mitad respecto a un dentista privado y puede ser superior dependiendo de la situación personal.

“Lo más común sobre todo es higienizar lo que es la boca, extracciones, piezas que no se han tenido en cuenta, que se han fracturado, que tienen dolor; hacemos también prótesis fija, prótesis removible”, explica Claudia Picornell, una de las dentistas.

Trabajo con inmigrantes y en el extranjero

La de Madrid es la última clínica que la Fundación Luis Séiquer ha abierto en España. A pesar de que su inauguración se produjo justo antes vela pandemia, cuenta con alrededor de 700 clientes. La institución además trabaja en países extranjeros, la mayoría de ellos en Latinoamérica.

Y también en el Centro de Internamiento Temporal para inmigrantes de Melilla, un caso excepcional donde los pacientes no pagan nada. Pera la Fundación quiere que la salud pública española amplíe sus competencias para cumplir su sueño que es, según su presidente, Antonio Castaño Séiquer, “el harakiri, o sea. desaparecer. Desaparecer porque la administración, el sector público asuma la salud bucodental al igual que asume la salud oftálmica o la salud urológica”

Desde su nacimiento, hace doce años, la Fundación Luis Séiquer ha atendido a más de 50 000 personas. En España, por ahora, tiene cinco clínicas y una unidad móvil.