La crisis de los cítricos afecta a los agricultores tradicionales no acostumbrados a una situación climática que desconocían.
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Normalmente, los árboles del fruticultor siciliano Benedetto Benfatto están llenos de frutos en esta época del año.
Pero ahora si quiere recoger una mandarina, tiene que buscar entre las hojas secas.
Y lo que encuentra es una sola bola verde del tamaño de una uva.
Toda la cosecha desaparecida por la la sequía y el calor extremo que sufre Sicilia.
Pero el cambio de clima también ofrece oportunidades a algunos.
Hay agricultores que cultivan mangos y aguacates en lugar de naranjas y limones tras hacerse cargo del negocio familiar.
La fruticultora Maruzza Cupane razona:"Son plantas que necesitan un clima específico. Un clima tropical. Aquí en la costa siciliana tenemos cada vez más ese clima".
Pero la crisis de los cítricos afecta a los agricultores tradicionales no acostumbrados a una situación climática que desconocían.
Sicilia sufre el verano más seco de los últimos diez años.
Benfatto, se queja:"Lo he perdido casi todo. Quedan muy pocos frutos. Los que quedan son muy pequeños".
En algunas zonas de Sicilia las temperaturas se mantienen por encima de los 40 grados durante semanas.