Dañado por la corrupción, la pobreza y la violencia el país centroamericano renovará además el parlamento y cerca de 300 ayuntamientos.
PUBLICIDADDañado por la corrupción, la pobreza y la violencia el país centroamericano renovará además el parlamento y cerca de 300 ayuntamientos.
De los trece candidatos presidenciales dos destacan en intención de voto según las encuestas.
La favorita es la candidata de izquierda Xiomara Castro. Al frente del Partido Libertad y Refundación, aglutina cerca del 43 por ciento de intención de voto. Es la tercera vez que se presenta respaldada por la imagen de su marido, el expresidente Manuel Zelaya, derrocado por un golpe de estado militar en 2009.
Castro se presenta como la opcion para reencaminar Honduras hacia una salida a su crisis general económica y política agravada por huracanes y pandemia.
En segundo lugar estaría el candidato de la derecha Nasry Asfura, del Partido Nacional, con algo mas del 28 por ciento de intención de voto, directamente vinculado con el presidente saliente Juan Orlando Hernández. Alcalde de Tegucigalpa, presente en los Papeles de Panamá por su vinculación con una empresa en paraíso fiscal, Asfura ha intentado desvincularse de la imagen de candidato oficialista continuador de la gestión del actual presidente de Honduras. Tiene a su favor la maquinaria electoral del gobierno y el clientelismo de unos 200.000 funcionarios.
La presencia permante de bandas de delincuencia organizada sumada a la ineficacia policial, traficantes de droga a gran escala y una corrupción que ha dañado profundamente la sociedad hondureña, ha alimentado la inmigración masiva y desembocado en una violencia política que se ha hecho notar en esta campaña electoral.
Tiziano Breda, analista para América Central de Grupo Internacional de Crisis, asegura que la violencia relacionada con la política ha alcanzado niveles sin precedentes. "Se considera que entre 26 y 31 asesinatos en el último año han sido motivados por políticos o han estado involucrados en ellos".
El domingo Honduras se enfrentará en una situación de crisis económica profunda, al dilema de continuidad o cambio. Observadores de la Unión Europea se han distribuído para el país en previsión de intentos de fraude electoral.