Abren las aulas, aumentan las colas frente a los centros de pruebas para detectar la COVID-19. Está pasando en Austria y está pasando en todos los países europeos durante la vuelta física a la escuela tras las vacaciones de fin de año. En España, ocho millones de alumnos han regresado este lunes...
Abren las aulas, aumentan las colas frente a los centros de pruebas para detectar la COVID-19. Está pasando en Austria y está pasando en todos los países europeos durante la vuelta física a la escuela tras las vacaciones de fin de año. En España, ocho millones de alumnos han regresado este lunes a las clases presenciales.
En plena ola de la variante ómicron, las autoridades españolas han decidido no cerrar las aulas a menos que haya cinco o más casos positivos entre alumnos y profesores. Los expertos apoyan esta medida, pero recuerdan que hay que reforzar otras como la ventilación cruzada, la toma de temperatura o el uso obligatoria de mascarillas dentro y fuera de las clases.
La situación es similar toda Europa y las empresas que producen los kits de pruebas, como NG Biotech, no dan abasto. Su fábrica de Bretaña, en el noroeste de Francia, produjo el mes pasado medio millón de kits. Ahora trata de fabricar 5 millones. El Gobierno francés ha autorizado la venta de los autotest en los supermercados para evitar las largas colas que se forman desde hace semanas en las farmacias.
