Moscú había dado un ultimátum a Mariúpol para que depusiera las armas la mañana de este lunes. Pero los ucranianos se negaron, por lo que se espera otra ronda de mortales ataques. La ciudad ha quedado reducida a escombros.
Al menos cuatro personas murieron después de que las fuerzas rusas bombardearan a primera hora del lunes un centro comercial a las afueras de Kiev. Una enorme explosión sacudió la capital ucraniana y se pudieron ver incendios en los restos del centro comercial Las autoridades siguen buscando víctimas.
Por su parte, el presidente Volodímir Zelenski, se referió a la delicada situación en Mariúpol.
"En la sitiada Mariúpol, los aviones rusos bombardearon una escuela de arte que servía como refugio. Había personas escondiéndose de las bombas. No había militares, había unos cuatrocientos civiles", dijo en un discurso grabado.
Las imágenes confirmarían la destrucción de la escuela. La ciudad Mariúpol va camino de convertirse en una de las ciudades borradas casi hasta los cimientos. Al nivel de Alepo o Grozni.
Moscú había dado un ultimátum a la ciudad para que depusieran las armas la mañana de este lunes. Pero los ucranianos se negaron, por lo que se espera otra ronda de mortales ataques.
"Hacemos un llamamiento a las unidades de las Fuerzas Armadas de Ucrania, a los batallones de defensa territorial y a los mercenarios extranjeros para que cesen las hostilidades, depongan las armas y, a lo largo de los corredores humanitarios acordados con la parte ucraniana, retrocedan hacia los territorios controlados por Kiev", exigió director del Centro Nacional Ruso para la Gestión de la Defensa, Mijaíl Mizintsev
La ciudad de Járkov, en el noroeste, también ha sido objeto de intensos bombardeos, pero sigue en manos de las autoridades ucranianas. La mayor parte de su población civil escapó a Lviv.
El presidente ucraniano también ha criticado a Israel por su reticencia a enviar su tecnología de defensa antimisiles a Ucrania, uno de los mejores sistemas del mundo.
