Conectada por una red de pasajes secretos, la gran necrópolis subterránea de Lima se desarrolló en un tiempo en que se creía que reposando en suelo sagrado se permanecía más cerca de Dios.
En Perú, las Catacumbas de Lima constituyen unos de los cementerios más antiguos y famosos del país. Consisten en una amplia red de túneles subterráneos, que funcionan como osarios, cuya amplia extensión es solo superada por las famosas Catacumbas de París. Con pozos de hasta 10 metros de profundidad y galerías inacabadas, aquí reposan unas 25.000 almas.
Un osario para preservar las iglesias del impacto de los sismos
Existen muchas historias y leyendas oscuras sobre este osario de ambiente lúgubre, cuya finalidad era preservar la edificación del impacto de los sismos. Las vacaciones de Semana Santa y la Pascua han sido para muchos la ocasión de descubrir una joya arquitectónica colonial de visita obligada por su estilo barroco en la Basílica y Convento de San Francisco de Asís.
"El tema de los huesos y toda la historia que conlleva en sí, recordemos que tiene un fragmento muy importante que es lo religioso en temas tradicionales pero también la parte arquitectónica lo vuelve mucho más enriquecedor", cuenta Angierela Torres, de visita por las criptas de Lima.
"Hay muchas cosas por ver, muchas cosas por conocer todavía, es importante siempre valorar nuestra cultura, valorar nuestro pasado y poder aprender de ellos", decía otro visitante de este osario.
Leyendas y pasajes secretos
Conectada por una red de pasajes secretos, la gran necrópolis subterránea se desarrolló en un tiempo en que se creía que reposando en suelo sagrado se permanecía más cerca de Dios. Una de las leyendas más conocidas describe a un monje anciano que, en ocasiones, se deja ver por las noches recorriendo los pasillos del lugar.
Entre los personajes más destacados que yacen sepultados allí está el arquitecto portugués Constantino de Vasconcellos, quien diseñó esta y otras edificaciones limeñas