Miedo a repostar | Los europeos tiemblan ante los precios disparados de alimentos, energía y combustibles. En España, la gasolina bate récords, devorando la bonificación del Gobierno. Parecida situación en otros países
El bolsillo de los europeos se estremece ante las incesantes subidas de precios de la energía, los alimentos y el combustible. En España, los contadores de las estaciones de servicio explotan. La gasolina bate récords, devorando la bonificación de 20 céntimos que aplicó el Gobierno.
Idéntica preocupación en Italia, donde los precios que se mantienen de forma persistente por encima de los dos euros el litro.
"Mi coche funciona con gasolina. Está claro que esto repercute en nuestros gastos familiares. Se ha duplicado el precio. Al igual que las facturas. Es un problema generalizado", se lamenta una habitante de Roma.
¿Hay que cambiar las leyes antimonopolio para frenar los aumentos de los precios?
En Alemania, los políticos intentan evitar que las empresas se lleven a sus bolsillos las subvenciones en el surtidor de gasolina. Una idea es cambiar la ley antimonopolio.
"Las compañías de gas europeas y otras han aumentado los precios de forma masiva. Creo que es un abuso del mercado justificar todo esto con la guerra en Ucrania. Por eso me pregunto si una autoridad antimonopolio no debería hacer algo", dice Thomas Prauße, director general de Stadtwerke Greifswald, una empresa pública de servicios eléctricos.
Además del reto de los combustibles, Alemania hace frente a una carrera contrarreloj para almacenar gas antes de que llegue el invierno, con el miedo de que Rusia pueda cortar o reducir sus aprovisionamientos en cualquier momento.
Guerra en Ucrania y las otras causas barajadas por los europeos
El impacto es especialmente doloroso en países como Bosnia, uno de los más pobres de Europa. Muchos bosnios acusan a su Gobierno de no hacer nada para capear los efectos de la crisis.
Y aunque la invasión rusa de Ucrania aparece como el principal factor, algunos ciudadanos se preguntan si no hay otras razones ocultas.
"No sé si todo esto se debe a Ucrania, tal vez sea una crisis global fabricada, y eso no está bien. No está bien que los precios hayan subido un 70% o incluso más", dice un hombre en Sarajevo.
El analista Faruk Hadziz advierte del peligro de un efecto dominó sobre las economías.
"Cada ciudadano tiene una cantidad limitada de ingresos, eso afectará a otros ingresos, a sus gastos en otros bienes y, en consecuencia, disminuirá la actividad económica en el período futuro", afirma.