Moscú avanza con paso firme hacia su objetivo de "liberar" todo el Donbás.
Rusia controla ya casi toda la región de Lugansk. Tras la caída de Severodonetsk, las milicias separatistas prorrusas han anunciado haber entrado en Lisichansk, junto con las tropas rusas, señalando que ahora se libran "combates" en sus calles. Lisichansk era la última plaza fuerte ucraniana en el Donbás. En un intento de reforzar su defensa se replegaron, este viernes, las tropas ucranianas de su ciudad gemela, Severodonetsk. El alcalde de esta localidad confirmaba este sábado que está "totalmente ocupada por los rusos".
Con casi todo el este ya en su poder, Moscú golpea también el norte de Ucrania desde Bielorrusia. Kiev denunció que seis bombarderos rusos emplearon el espacio aéreo de Bielorrusia para lanzar 12 misiles de crucero.
Los ataques se produjeron coincidiendo con la visita a Rusia del presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, a quien el presidente de Rusia, Vladímir Putin, comunicó lo siguiente:
"En los próximos meses, transferiremos a Bielorrusia los sistemas de misiles tácticos Iskander-M, que pueden usar tanto misiles balísticos como de crucero, tanto convencionales como nucleares".
Járkov de nuevo en el punto de mira
Y tras varias semanas de relativa tranquilidad, Rusia ha vuelto a poner en la diana a la ciudad de Járkov, la segunda más importante de Ucrania antes de la guerra, habitada por una mayoría de población rusófona. Sus habitantes temen volver a estar en primera línea de fuego.