Según los sondeos, una coalición de derechas liderada por Giorgia Meloni va camino de ganar
Una mezcla de apatía y ansiedad domina el estado de ánimo en Italia ante las elecciones generales del domingo. Son los últimos días de campaña, pero en la capital, Roma, parece que la gente tiene pocas ganas de votar.
En medio de los temores de una inminente crisis energética y una recesión económica, muchos están preocupados por los efectos potencialmente desestabilizadores de las elecciones.
"No tengo expectativas porque estoy desesperado. No sé a quién puedo votar. Todo el mundo promete algo pero estas promesas nunca se materializan. Es realmente muy difícil", lamenta Roberto, quiosquero.
Sasha, visitante de Florencia, añade: "esperamos que reduzcan los costes energéticos, las facturas, la electricidad, el gas, todo. Sinceramente, no es sostenible, es difícil llegar a fin de mes con estos precios, incluso los precios de los alimentos en los supermercados también han aumentado mucho."
Simona, taxista en Roma, dice no ser optimista respecto a los comicios, pero aun así votará. "Iré sin duda a cumplir con mi deber como ciudadana. Pero no puedo acercarme a estas elecciones con gran esperanza porque, sinceramente, no tenemos gente capacitada".
Según los sondeos, una coalición de derechas liderada por Giorgia Meloni va camino de ganar. Ha tratado de distanciar a su partido Hermanos de Italia de sus raíces fascistas. Parece haber convencido a muchos de que seguirá las políticas de centro-derecha.
Enfrente tiene a Enrico Letta, que cree que solo disfrazan su extremismo. Sin embargo, el bloque de la izquierda está dividido tras su ruptura con el movimiento Cinco Estrellas y ha ido constantemente por detrás en las encuestas.