Los kazajos apuestan así por dar continuidad a las tímidas reformas democráticas iniciadas este año por Tokáyev, que intenta sacar del estancamiento político y económico a su país, Kazajistán que mantiene estrechos lazos con Rusia y China, pero que también coopera abiertamente con Occidente.
El recuento de votos de las elecciones presidenciales en Kazajistán confirma la aplastante victoria del presidente saliente sobre los otros cinco candidatos.
Kasim-Yomart Tokáyev ha superado el 81% de apoyo, según los datos preliminares. Ninguno de los otros candidatos, prácticamente desconocidos para el grueso de la población, ha superado el 4% de los votos. La segunda opción más apoyada, con casi un 6%, ha sido la casilla "contra todos los candidatos". Con estas elecciones, tanto Tokayev como su primer ministro, Alikhan Samilov refuerzan un poder que se tambaleó durante semanas a principios de año.
En ese momento, miles de personas salieron a la calle para protestar contra los altos precios de los combustibles. El Ejecutivo aplastó la revuelta con la ayuda de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (la versión rusa de la OTAN).
Pero lejos de acercarse a Moscú, el presidente kazajo se ha distanciado y ha diversificado sus socios comerciales. Hoy, la Unión Europea es uno de los mayores inversores del país.
Tokáyev, que llegó al poder en 2019, podrá dirigir la mayor república de Asia Central sólo hasta 2029, merced a una enmienda constitucional que limita los mandatos presidenciales a un único período de siete años.