Las reparaciones de los sistemas de agua y electricidad han comenzado, según confirma Naciones Unidas, donde no ocultan su preocupación por el destino de miles de civiles a lo largo de los próximos meses.
El invierno se acerca de manera inminente en el este de Ucrania, donde millones de personas permanecen sin electricidad y donde continúan los bombardeos rusos.
Las reparaciones de los sistemas de agua y electricidad han comenzado, según confirma Naciones Unidas, donde no ocultan su preocupación por el destino de miles de civiles a lo largo de los próximos meses.
"La situación sigue siendo crítica", informa el portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, "y en los últimos días sigue aumentando el número de personas que huyen de Jersón, lo que ha sido una tendencia desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania".
La Empresa Nacional de Generación de Energía Nuclear de Ucrania, Energoatom, informa por su parte de la posibilidad de que las tropas rusas pudieran estar abandonando la central nuclear de Zaporiyia.
A través de su portavoz, Dmitry Peskov, el Kremlin niega no obstante cualquier retirada en el sur de Ucrania: "No hay que buscar ninguna señal cuando no la hay ni la puede haber", decía tajantemente Peskov.
Bajo cero en Kiev
En Kiev, donde las temperaturas son ya bajo cero, sus habitantes gozan de cuatro horas de electricidad al día, con puntos de calefacción temporales instalados por la autoridades donde calentar la comida o recargar los teléfonos.
En otros lugares como la ciudad asediada de Bakhmut, las estufas de leña son la mejor opción para hacer frente a una situación insostenible que, lamentablemente, no acabará en breve.