El peligro de deshielo que acecha a las pistas naturales austriacas

En invierno, los austriacos sacan sus patines para disfrutar de las pistas de hielo naturales.
Sin embargo, las altas temperaturas de este año impiden que los lagos se congelen.
El lago Weissensee, en el estado de Carintia, es una de las pocas superficies heladas de Austria que este año tiene una capa de hielo suficientemente gruesa, pese a no llegar a los 50 centímetros de espesor que alcanzaba otros años.
Los maestros del hielo comprueban cada mañana su grosor y calidad para asegurarse de que puede sostener el peso de los miles de patinadores que la recorren cada día.
La pista natural de Carintia es una de las más famosas del país y muchos visitantes hacen un largo viaje para poder disfrutarla.
A partir del 21 de enero se espera la presencia de unos 6 000 atletas holandeses que pasarán por Carintia, para celebrar la carrera de las 11 ciudades, una marcha de patinaje sobre hielo que se celebra a lo largo de casi 200 kilómetros.
Toda la atención de los expertos se concentra en comprobar la calidad del hielo, puesto que el viento, la lluvia o la nieve pueden dañarlo.