Europa se rearma a marchas forzadas | Francia invertirá 413 000 millones de euros en defensa en los próximos siete años, sobre todo, en disuasión nuclear. Polonia, Alemania y los países bálticos también alcanzan presupuestos récord
PUBLICIDADEuropa se rearma. La guerra de Ucrania está disparando los presupuestos militares de los países del Viejo Continente. Francia anunció el martes que en los próximos siete años dedicará 413 000 millones de euros a defensa, con un presupuesto anual que se duplica.
La disuasión nuclear será uno de los capítulos clave de este aumento presupuestario francés e incluirá la construcción de un portaaviones de propulsión nuclear de nueva generación. El gobierno de Emmanuel Macron también quiere invertir en medios de ciberdefensa, defensa espacial y submarina.
"Es la agresión rusa en Ucrania la que provoca una necesidad de seguridad en la mayoría de los socios de la Europa continental -afirmó el ministro francés de Defensa, Sebastien Lecornu-. Y sobre la neutralidad, debería hacer reflexionar a los comentaristas y las autoridades rusas, que si hay países que siempre han optado por una neutralidad cautelosa durante tantas décadas y ahora han decidido romper con esta neutralidad es porque hay miedo".
Inversiones récord en defensa de Polonia, Alemania o los países bálticos
Al igual que Francia, el resto de Europa se encuentra en plena carrera armamentística.
Polonia anunció a principios de año que dedicará el 4% de su PIB a defensa. Este gasto sin precedentes incluirá compras de aviones de combate y tanques a Estados Unidos y Corea del Sur, y de drones a Turquía.
Pero, sin duda, la gran revolución militar es la de Alemania, que al calor de la invasión rusa de Ucrania anunció un aumento de 100 000 millones de euros en su presupuesto militar de 2022 para modernizar sus Fuerzas Armadas.
Los países bálticos también han disparado su inversión en defensa, al igual que Suecia, que está a la espera de entrar en la OTAN tras décadas de neutralidad, Italia o el Reino Unido.
Y la tendencia no es sólo europea, sino mundial, con países como Australia, Corea del Sur y Japón rearmándose a marchas forzadas, en un clima de pulso militar y nerviosismo con reminiscencias de la Guerra Fría.