Alemania refuerza sus controles en las fronteras con Polonia y la República Checa para luchar contra la inmigración irregular después de producirse una explosión de las demandas de asilo en Alemania
PUBLICIDADAlemania ha anunciado controles fronterizos más estrictos con Polonia y la República Checa.
La medida pretende estrechar el cerco a la inmigración ilegal, "con controles policiales flexibles y móviles en lugares cambiantes", explicó la ministra del Interior, Nancy Faeser.
"Tenemos que poner fin al cruel negocio de los traficantes, porque ponen en peligro vidas humanas para obtener el máximo beneficio. Por eso la Policía Federal realiza ahora controles prioritarios flexibles y adicionales a lo largo de las rutas de inmigración ilegal, en las fronteras con Polonia y la República Checa", explicó la ministra alemana.
Faeser considera que el Sistema Europeo Común de Asilo sigue siendo el proceso decisivo para reducir la creciente inmigración irregular, mediante un riguroso control y registro de todas las personas que entran por las fronteras exteriores de la Unión Europea, y que toda persona rechazada debe ser repatriada desde el lugar por el que entró.
El Gobierno alemán garantiza que está en estrecho contacto con sus homólogos checo y polaco para que las medidas aplicadas funcionen a ambos lados de las respectivas fronteras.
"Queremos evitar que los contrabandistas escapen y, al mismo tiempo, garantizar que los controles diarios tengan el menor impacto posible en la vida de las personas, los pasajeros y el comercio", añadió la ministra alemana.
Además de los controles policiales fronterizos, ya se están aplicando otras muchas medidas para combatir el contrabando transfronterizo. "Sólo ayer, por ejemplo, se ejecutaron cinco órdenes de detención contra presuntos contrabandistas en el marco de medidas de investigación a gran escala de la Policía Federal", concluye el comunicado del Ministerio Federal del Interior.
Los controles policiales serán flexibles e itinerantes y entran en vigor esta semana. Uno de los itinerarios que más preocupa en el centro de Europa es la ruta de los Balcanes. Eslovenia decidió el miércoles reforzar los controles en la frontera sur con Croacia para frenar el flujo de entradas irregulares.
Y Polonia hizo lo propio el martes en la frontera con Eslovaquia. La desconfianza sobre la capacidad o voluntad de los países vecinos para luchar contra la inmigración irregular amenaza los cimientos del Tratado de Schengen, que garantiza la libre circulación de personas.