Bulgaria destierra las máquinas de voto en unas polémicas elecciones municipales. Los votantes solo pudieron utilizar este domingo las papeletas tradiciones, después de que un informe de contraespionaje advirtiera de una posible manipulación de los aparatos
PUBLICIDADLas encuestas a pie de urna en Bulgaria por las elecciones de este domingo apuntan a una segunda vuelta para la alcaldía de la capital y otras grandes ciudades.
Para ganar en la primera vuelta, un candidato debe obtener el 50%+1 de los votos. Cuando esto no suceda, se celebrará una segunda vuelta, el 5 de noviembre, entre los dos candidatos con mayor porcentaje de votos.
Bulgaria celebró este domingo unas elecciones municipales rodeadas de polémica. Más de 6 millones de votantes estaban convocados para elegir a más de 2600 alcaldes y 30000 concejales.
El resultado de estos comicios se considerará un indicador de la relación de fuerzas entre el partido conservador GERB y su rival más cercano, aunque por ahora aliado, Continuamos el Cambio-Bulgaria Democrática (PP-BD), que dirige el Ejecutivo con respaldo de GERB.
Pero lo más significativo de estos elecciones ha sido la prohibición del uso de máquinas de votos por parte de la Comisión Electoral tras una polémica sobre una posible manipulación de los aparatos.
El debate surgió después de difundirse en el Parlamento un informe del servicio de contraespionaje nacional (DANS) que mostraba al viceministro de Administración Electrónica, Mihail Stoynev, filmando con el móvil la generación del código informático para las máquinas.
"Según la información de DANS, el viceministro cometió acciones que socavan la confianza en el voto con máquinas", dijo la portavoz de la Comisión, Rositsa Mateva, en la radio pública BNR.
Subrayó que personalmente es "una firme partidaria de la votación con máquinas", pero que ante la desconfianza generada solo podía cancelarse la opción electrónica.
A diferencia de anteriores citas con las urnas, en estos comicios no se iban a contar los votos electrónicos, sino que las máquinas únicamente habrían imprimido un recibo en papel que debía ser introducido en la urna para contarse junto a las papeletas tradicionales, igualmente disponibles para el votante y ahora única opción.