Delincuentes de toda la región mediterránea están robando aceitunas y ramas e incluso talando árboles para hacerse con el fruto, cuyo precio se ha triplicado desde 2019. Algunos de los árboles llevan en pie más de cien años.
PUBLICIDADLa subida mundial de los precios del aceite de oliva, que se han triplicado desde 2019 y han batido récords, ha brindado una oportunidad a los delincuentes de todo el Mediterráneo.
Los robos en almacenes, las estafas contables y la manipulación del aceite están aumentando en Grecia, España e Italia. Y cada vez con más frecuencia, las bandas utilizan motosierras para cortar ramas y árboles enteros en olivares desprotegidos.
Estos delitos agravan la angustia de unos agricultores que ya luchan contra los elevados costes de producción y las consecuencias del cambio climático: inviernos cálidos, grandes inundaciones e incendios forestales más intensos.
Los olivares de las afueras de Atenas forman parte de una tradición ininterrumpida que se remonta a la antigüedad, en llanuras que ahora rodean el aeropuerto internacional de la ciudad. Algunos árboles son centenarios.
Neilos Papachristou dirige una almazara y un olivar cercano en un negocio familiar de cuarta generación. Dice que los ladrones de motosierras están obligando a los cultivadores a cosechar pronto y a conformarse con rendimientos más bajos para intentar evitar daños a largo plazo.
"Los (ladrones) buscan ramas muy cargadas y las cortan. Así, no sólo nos roban las aceitunas, sino que causan graves daños al árbol. Tarda entre 4 y 5 años en volver a la normalidad", explica Papachristou.
Detrás de él, los trabajadores utilizan grandes peines eléctricos para esparcir las aceitunas de los árboles en las redes de recogida. En su almazara, los agricultores vierten su cosecha en contenedores de carga de acero inoxidable, desatando sacos o volcando altas cestas de mimbre desde la parte trasera de sus camionetas.
Christos Bekas, propietario de 5.000 olivos, estaba entre ellos. Tras los repetidos asaltos de los ladrones, decidió canibalizar su cosecha con una recogida temprana.
"El año pasado, 3,7 kilos de aceitunas producían un kilo de aceite. Ahora que se acerca a 10 kilos de aceitunas por un kilo de aceite, por mis 600 kilos de aceitunas obtendré 60 kilos de aceite. El año pasado obtuve 180", explica Bekas.
Tras décadas de crecimiento, el mercado mundial del aceite de oliva se ha visto perturbado por una sequía de casi dos años en el sur de España, país que suele cubrir el 40% del suministro mundial.
Según estimaciones de la Unión Europea, la sequía española contribuirá a reducir la producción mundial a 2,5 millones de toneladas métricas en la campaña 2022-23, frente a los 3,4 millones del ciclo anual anterior.
El aumento de las temperaturas está afectando a la floración, advierten agricultores y expertos, mientras que el encarecimiento de los fertilizantes y la escasez de mano de obra también están repercutiendo en los costes.
Dado que la demanda mundial sigue siendo elevada, los importadores internacionales suelen estar dispuestos a ofrecer precios superiores a los nacionales. Las exportaciones interanuales de Grecia se duplicaron con creces en los cinco primeros meses de 2023, mientras que Turquía suspendió en agosto las exportaciones para proteger su mercado interior.
Los precios de referencia en España, Grecia e Italia son monitoreados para el grado más alto de aceite de oliva, conocido como virgen extra, por el Consejo Oleícola Internacional, una organización intergubernamental con sede en Madrid.
A finales de 2019, los precios al por mayor cayeron por debajo de los 3 euros por kilogramo. En septiembre pasado, habían alcanzado los 9 euros por kilo.
La policía española dijo el mes pasado que había recuperado 91 toneladas de aceitunas robadas en las últimas semanas. En febrero, seis personas fueron detenidas en el sur de Grecia por el robo de ocho toneladas de aceite de oliva en una serie de asaltos a almacenes denunciados durante varias semanas.
Los agricultores de los alrededores de la ciudad portuaria de Bari, en el suroeste de Italia, afirman que los ladrones de la zona son cada vez más descarados y roban tractores y equipos costosos junto con las aceitunas.
La asociación agraria regional pidió ayuda a la policía tras los informes de que 100 olivos fueron destruidos o gravemente dañados en un solo incidente el mes pasado.