La votación puso fin a una sesión parlamentaria maratoniana y llena de incidentes, como el de un diputado ultranacionalista y antisemita que salió al pasillo del Congreso para apagar con un extintor las velas de una menorá judía.
Donald Tusk superó este martes la moción de confianza en el Parlamento que lo convierte en el nuevo primer ministro del país.
La votación puso fin a una sesión parlamentaria maratoniana -con más de 250 preguntas desde la bancada- y llena de incidentes -como el de un diputado ultranacionalista y antisemita que salió al pasillo del Congreso para apagar con un extintor las velas de un candelabro judío-, y concluyó con 248 votos a favor de la investidura de Donald Tusk.
La votación de la moción de confianza se retrasó después de que un legislador de extrema derecha apagara con un extintor las velas de una menorá encendida para la fiesta judía de Hanukkah en la sede del Parlamento polaco, donde el nuevo presidente del Gobierno, Donald Tusk, ofreció un adelanto de su agenda pro europea y de regeneración democrática.
Tusk y todas las principales fuerzas políticas denunciaron rápidamente el incidente sin precedentes cometido por Grzegorz Braun, y dijeron que no habría tolerancia para el comportamiento antisemita y xenófobo en el parlamento. Incluso el grupo parlamentario del partido de Braun condenó su comportamiento. Braun, un miembro prorruso del partido de la Confederación y uno de los legisladores más controvertidos del Parlamento, ha afirmado falsamente en el pasado que existe una complot para convertir a Polonia en un Estado judío.
El presidente del parlamento, Szymon Holownia, calificó el acto de "absolutamente escandaloso" y excluyó a Braun de la sesión parlamentaria del día, expresando esperanzas de "que no regrese pronto". También dijo que lo denunciaría a los fiscales.
El Parlamento le impuso además la sanción económica más alta posible, que le hará perder la mitad de tres meses de su salario y dietas durante medio año.
El incidente interrumpió un día importante en el Parlamento polaco, en el que el recién elegido primer ministro, Donald Tusk, pronunció su discurso inaugural. El relevo en el Gobierno polaco augura un nuevo rumbo en las relaciones internacionales de Varsovia, con un mayor acercamiento a sus socios europeos y más sintonía con las grandes democracias occidentales, al tiempo que se implementará un programa económico liberal y se pondrá en práctica una política social en favor de las minorías.