Con la inauguración del centro de culto dedicado al dios Rama, ha cumplido una crucial promesa nacionalista hindú que su partido gobernante espera que le catapulte a un tercer mandato consecutivo en las próximas elecciones.
El primer ministro la India, Narendra Modi, ha inaugurado un controvertido templo hindú en Ayodhya. Con la inauguración del centro de culto dedicado al dios Rama, ha cumplido una crucial promesa nacionalista hindú que su partido gobernante espera que le catapulte a un tercer mandato consecutivo en las próximas elecciones. Esto supondría una nueva plusmarca en la política india. El lugar sagrado, cuya construcción aún no se ha completado, se levanta sobre los restos de la mezquita de Babri, que data del siglo XVI.
En 1992, una multitud hindú destruyó el templo por considerar que invadía el lugar de nacimiento de Rama, una de las deidades más venerada por los hindúes. La demolición de la mezquita desencadenó sangrientos disturbios en toda la India que dejaron 2.000 muertos, en su mayoría musulmanes. En el año 2019, el Tribunal Supremo de la India, en una controvertida decisión, consideró la destrucción del edificio religioso como una "violación flagrante", pero concedió la potestad del lugar a los hindúes, ofreciendo a los musulmanes una parcela de terreno en otro sitio.