La ministra francesa de Deportes, Amélie Oudéa-Castéra, se dio un chapuzón simbólico en el Sena el sábado para disipar las preocupaciones sobre la calidad del agua antes del inicio de los Juegos Olímpicos de París.
PUBLICIDADVestida con un traje de neopreno de cuerpo entero, Oudéa-Castéra se sumergió en el famoso río después de un primer resbalón y nadó unos metros cerca del puente Alexandre III, donde tendrá lugar la competición olímpica de natación en aguas abiertas.
"Hemos cumplido nuestra promesa", dijo al canal de noticias 'BFMTV', refiriéndose a una promesa anterior de nadar en el Sena antes del inicio de los Juegos el 26 de julio. Estuvo acompañada por Alexis Hanquinquant, abanderado Paralímpico de Francia.
Desde que se prohibió nadar en el Sena en 1923 debido a la contaminación, los políticos franceses han prometido hacer que el río vuelva a flotar. El exalcalde de París y más tarde presidente Jacques Chirac prometió en 1988 que el río estaría lo suficientemente limpio como para nadar al final de su mandato, una promesa que no se cumplió.
La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, también planea nadar en el Sena para demostrar su limpieza. En febrero, el presidente francés, Emmanuel Macron, prometió bañarse también. Pero agregó: "No te voy a dar la fecha: existe el riesgo de que estés allí".
Hanquinquant, paratriatleta, participó en la natación del sábado junto con Oudéa-Castéra y vivió en primera persona las condiciones que le esperan en la competición del 1 de septiembre. Si hay problemas con la calidad del agua: los organizadores tienen planes de respaldo.