El ambiente se ha caldeado entre Belgrado y Pristina ante la llegada del primer ministro Albin Kurti a la zona norte de Mitrovica, la parte que alberga a la minoría serbokosovar de la ciudad situada en el norte de Kosovo. Los serbios consideran la visita una provocación.
PUBLICIDADLa visita del primer ministro de Kosovo, Albin Kurti, al norte de Mitrovica ha añadido una dosis de tensión a las ya crispadas relaciones entre Belgrado y Pristina. La llegada de Kurti al norte de la dividida ciudad en el norte de Kosovo ha sido considerada como una provocación por los serbios.
Mientras tanto, la Policía ha ordenado la detención durante 48 horas de cuatro jóvenes de nacionalidad serbia que fueron arrestados en el norte de Mitrovica, según confirmaron fuentes policiales.
Desde hace semanas las tensiones se han disparado ante la posibilidad de que el primer ministro de Kosovo reabriera al tráfico el puente sobre el río Ibar en Mitrovica, que divide la ciudad en dos partes, la de la minoría serbokosovar y la de la mayoría albanokosovar. Aunque las autoridades de Pristina parecen haber dado marcha atrás ante la polémica desatada y la presión internacional.
La UE trata de intermediar para rebajar las tensiones
El presidente serbio, Aleksandar Vucic, pidió a la fuerza de la OTAN en Kosovo que no permitan la apertura unilateral al tráfico del puente Ibar, un símbolo de la resistencia serbia a las autoridades de Pristina.
Tanto la OTAN como la Unión Europea (UE) han expresado su preocupación ante el riesgo de que una reapertura del puente aumente las tensiones étnicas y afecte a la seguridad de la etnia serbia.
El Gobierno serbio se da de plazo hasta el viernes para responder a lo que consideran como provocaciones del primer ministro Kurti, aunque en paralelo anunciaron que están listos para continuar el diálogo mediado por la UE en Bruselas para suavizar las tensiones entre Serbia y Kosovo, un diálogo que lleva 13 años prácticamente congelado y sin ningún progreso.