Esta tradición de origen inglés nació hace casi dos décadas y combina un trasfondo comercial con fundamentos que han sido criticados
PUBLICIDAD
Este lunes 20 de enero se celebra el llamado 'Blue Monday', considerado por algunos como el día más triste del año. Esta tradición de origen inglés nació hace casi dos décadas y combina un trasfondo comercial con fundamentos que han sido criticados por la comunidad científica.
En 2005, Cliff Arnall, un profesor de psicología a tiempo parcial en la Universidad de Cardiff, presentó una supuesta fórmula matemática que determinaba el día más triste del año, basándose en factores como el clima, las deudas navideñas, los propósitos incumplidos y la falta de luz solar.
Una fórmula "matemática"
La fórmula es la siguiente: 1/8C+ (D-d) 3/8xTI MxNA. La C representa el clima, la D mayúscula los gastos de regalos la D minúscula el sueldo del final de mes, la T el tiempo desde Navidad, la I el tiempo que hemos intentado dejar un mal hábito (o empezar un propósito), la M las motivaciones y NA la necesidad de actuar.
Sin embargo, más tarde se supo que esta fórmula fue encargada por la agencia de viajes Sky Travel (ya desaparecida) como parte de una campaña publicitaria para impulsar reservas en un mes con pocas ventas. A pesar de su impacto mediático, Arnall fue despedido al año siguiente y su teoría ha sido ampliamente desacreditada.
Además a esto hay que añadir el factor psicológico. El color azul, en el mundo angloparlante, está asociado con la depresión y con sentimientos como la tristeza. Aunque muchos descartan el 'Blue Monday' como pseudociencia, su popularidad persiste, reflejando una combinación de melancolía invernal y marketing.
Un Blue Monday que incluye la jura de Trump
Si ya de por sí muchos pueden encontrarse hoy ligeramente alicaídos, la toma de posesión del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hará que algunos entren aún más dentro del pozo de la depresión. Y es que el mandatario ha prometido una política más dura en cuanto a la inmigración ilegal y perseguir a las personas que hayan entrado de manera ilegal en el país.
Esto incluye a las ciudades santuario, como es el caso de Chicago, en el que algunos inmigrantes ilegales se están preparando para lo peor: su expulsión. Muchos ya están dando poderes notariales a otras personas y buscando a quien pueda hacerse cargo de sus hijos para que, en caso de tener que volver a su país de origen, que sus allegados o familiares se encuentren bien.