En su segunda visita de Estado al Reino Unido, Donald Trump elogió la "eterna" alianza entre ambos países y compartió elogios a la familia real durante un banquete en Windsor, en un despliegue de lujo y protocolo que reunió a líderes políticos, figuras tecnológicas y miembros de la realeza.
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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, elogió la "inestimable y eterna" alianza entre Estados Unidos y Reino Unido y rindió homenaje a la familia real británica durante un banquete de Estado el miércoles por la noche, calificando la visita como "uno de los mayores honores" de su vida, mientras abrazaba un día lleno de pompa real.
En la que es la segunda visita de Estado histórica del líder estadounidense al Reino Unido, Trump dijo que la palabra "especial" apenas hace justicia a la relación entre los aliados transatlánticos. Los describió como dos versos de un mismo poema, bellos por separado, pero que en realidad deben interpretarse juntos. También afirmó que han hecho más bien por la humanidad que cualquier otro par de países en toda la historia".
"El vínculo de parentesco e identidad entre Estados Unidos y el Reino Unido no tiene precio y es eterno", dijo Trump. Antes, el monarca británico, el rey Carlos III, celebró la larga historia entre EE.UU. y Reino Unido al pronunciar su discurso en el banquete de gala en honor a Trump.
El rey se maravilló de la historia compartida de las dos naciones y de su sólida relación, que hace 250 años, en el momento de la fundación de Estados Unidos, habría sido inimaginable para George Washington y el rey Jorge. "Celebramos una relación entre dos países que seguramente el viejo Jorge no podría haber imaginado", dijo.
El rey Carlos III también saludó la alianza de defensa y seguridad de Estados Unidos y Reino Unido, destacando la amenaza que supone la agresión rusa en Ucrania. "En dos guerras mundiales, luchamos juntos para derrotar a las fuerzas de la tiranía", dijo Carlos en el castillo de Windsor, al oeste de Londres. "Hoy, cuando la tiranía amenaza de nuevo a Europa, nosotros y nuestros aliados nos mantenemos unidos en apoyo de Ucrania".
El discurso, en el primer día de la visita de Estado de Trump al Reino Unido, se produce en medio de la preocupación de que Trump no está haciendo lo suficiente para presionar al presidente ruso Vladímir Putin para negociar un acuerdo de paz en Ucrania. Pero el rey alabó la labor de Trump como "pacificador".
"Nuestros países están trabajando juntos en apoyo de los esfuerzos diplomáticos cruciales, no menos importante de los cuales, señor presidente, es su propio compromiso personal para encontrar soluciones a algunos de los conflictos más intratables del mundo con el fin de asegurar la paz".
Gigantes tecnológicos entre los invitados al banquete de Estado
Entre los invitados al banquete ofrecido por el rey Carlos III se encontraban los consejeros delegados de tecnología Tim Cook, de Apple, Demis Hassabis, de Google DeepMind, y Sam Altman, de OpenAI. También asistió Pascal Soriot, que dirige la farmacéutica Astrazeneca, la empresa más valiosa de la Bolsa de Londres.
En un guiño a la afición de Trump por el golf, también estuvo presente el golfista inglés Nick Faldo, ganador de seis grandes campeonatos, entre ellos tres Masters. Trump se sentó junto al rey Carlos en el centro de la mesa de 50 metros de largo en el Salón de San Jorge, donde el techo estaba adornado con el escudo de armas de cada Caballero de la Jarretera desde que se fundó la orden en 1348. Kate, la princesa de Gales, estaba sentada a la derecha del presidente.
Bromeando, Trump dijo que le impresionó la capacidad del rey Carlos de conocer los nombres de, según sus cálculos, unas 150 personas a las que estrecharon la mano. "Y algunos de ellos tenían nombres malos como X, Y, Z, guión dos-tres", bromeó Trump. "Y conocía a cada uno de ellos. O al menos creo que sí, porque nadie se quejaba".
También elogió a su hijo, el príncipe Guillermo, como "notable" y "asombroso" y a su esposa, la duquesa de Cambrige, como "tan radiante y tan saludable, tan hermosa". A principios de año, la princesa anunció que su cáncer estaba en remisión.
En su discurso previo al inicio de la fastuosa cena de Estado, bromeó diciendo que espera que ningún otro presidente estadounidense vuelva a ser tan honrado. "Este es realmente uno de los mayores honores de mi vida", dijo Trump.