Miles de personas, incluido el presidente Trump y altos cargos de su Administración, asistieron al funeral del activista conservador en el estadio State Farm, convertido en homenaje religioso y mitin político. Erika Kirk ha dicho que perdona al presunto asesino de su marido, Tyler Robinson.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, encabezó el domingo en Arizona el multitudinario funeral del activista conservador Charlie Kirk, asesinado el pasado 10 de septiembre en un campus universitario de Utah. El acto reunió a decenas de miles de personas en el estadio State Farm, en Glendale, donde se mezclaron discursos políticos, mensajes religiosos y actuaciones de música cristiana.
Trump calificó a Kirk como "mártir" y le atribuyó un papel decisivo en su victoria electoral de 2024. Junto a él, el vicepresidente J.D. Vance y otros miembros de su gabinete destacaron la influencia del activista de 31 años en la movilización de jóvenes conservadores. Durante el acto, el presidente afirmó que "la historia no olvidará" a Kirk y responsabilizó a la "izquierda radical" de su muerte.
El servicio incluyó oraciones y música de artistas de alabanza como Chris Tomlin, Brandon Lake y Phil Wickham. Lee Greenwood cerró con la interpretación de 'God Bless the U.S.A.' antes de la intervención de Trump. La ceremonia se desarrolló bajo fuertes medidas de seguridad, con los oradores protegidos tras cristal antibalas.
La viuda del activista, Erika Kirk, anunció que asumirá la dirección de Turning Point, la organización fundada por su esposo, y dijo que perdona al presunto autor del tiroteo, Tyler Robinson, de 22 años, acusado de asesinato y en espera de juicio. "Mi esposo quería salvar a jóvenes, como el que le quitó la vida. Lo perdono", declaró.
La presencia de figuras políticas y empresariales, entre ellas Elon Musk, subrayó el peso alcanzado por Kirk dentro del movimiento conservador estadounidense. Su funeral reflejó tanto el alcance de su legado como la polarización política que rodea su figura.