Numerosas personas se congregaron frente a la Embajada rusa en Budapest para recordar al opositor Alexéi Navalni, asesinado en prisión en febrero de 2024. Con flores, velas e imágenes, los asistentes reconstruyeron el memorial improvisado en la barandilla del metro de la calle Bajza.
Alexéi Navalni, el crítico más tenaz del presidente ruso Vladímir Putin, murió en prisión en febrero de 2024. Desde entonces, la acera de la Avenida Andrássy, en Budapest, Hungría, se ha convertido en un improvisado lugar de homenaje al opositor: flores, velas e imágenes recuerdan su figura. La dramaturga Fruzsina Magyar y un grupo de amigos organizan allí concentraciones periódicas para mantener viva su memoria.
Pero la semana pasada, el pequeño altar desapareció sin explicación. Fotografías, carteles y mensajes fueron retirados sin dejar rastro. Fruzsina y sus compañeros sospechan de una motivación política y han presentado una denuncia, convencidos de que se trata de una consecuencia de la política prorrusa del Gobierno húngaro.
La reacción no se hizo esperar. El miércoles, el memorial renació con más fuerza que nunca: nuevas flores, velas y mensajes multiplicaron el homenaje anterior. En paralelo, el alcalde de Budapest, Gergely Karácsony, envió una carta a los organizadores en la que manifestó su apoyo a la creación de un 'Paseo Navalni' y a la instalación de un monumento permanente frente a la Embajada rusa.